Instrucciones para empezar año nuevo.


Todo paisaje después de una noche de festejo empieza por un montón de ropa tirada en los rincones de la habitación. Afortunados serán los que fueron otras manos las que desvistieron sus ganas, a salvo estarán los que fueron sus propias manos las que desabrocharon los botones de una camisa que apestaba a tabaco y las ganas de comerse una noche que siempre termina.
¿Qué queres que te diga de la vida? ... De eso de que la gente se piensa que en cada Enero comienza una vida nueva, que los problemas se difuminan, que este año se va por todo. Ojala que los propósitos que se hacen entre copa y copa, con tangas rojas y el pie izquierdo levantado lo hicieran todos los días cuando el despertador suena. Me gustaría que todas las ilusiones que nos empeñamos por hacer realidad en año nuevo, lucháramos por conseguirlas igualmente un miércoles cualquiera. Que nos vistiéramos de héroes de vez en cuando y saliéramos a la calle a regalarle unas cosquillas a un niño. Y la risa de ese pequeño fuese regalada a su padre y la mirada de ese hombre fuera a parar al cielo, como queriendo decir a los que también están allá arriba, que su risa también se echa de menos.
La verdad es que me parece una autentica estupidez eso de querer olvidar el pasado. Porque tal como se dice, un árbol nunca podrá crecer si olvida cuales son sus raíces. Y mis raíces son una pequeña ciudad partida en muchas clases sociales, como en todos lados creo. Una ciudad que en ciertas partes huele a dinero, por las que se pasean señoras vestidas con billetes y sonrisa puesta a todos lados y sin sinceridad por ninguno.
Estoy sentada en la parte de afuera de un bar. Puedo notar como un señor le guiña un ojo a una camarera con cara de no saber si va a poder con otra ronda y que de seguro tiene a su hija esperándolo con su mama en la casa. Seguro mañana actuara como si no hubiera pasado nada y pasearan como una gran familia feliz. También hay calles donde nunca hay silencio, porque son el patio de recreo de unos niños que tienen sus casas en ruinas porque sus madres no paran de llorar, porque no saben como seguir adelante si no hay nada de comer en el plato, pero mantienen la posibilidad de que mañana todo ira bien. Y esas dos familias coinciden en dos barrios pegados cerca de las vías, donde todo esta iluminado.
Me detengo a encenderme un cigarrillo  y noto a mi derecha a un chico con su guitarra, cantándole a la vida, a su juventud, esperando por el sonido de unas cuerdas al rozar sus dedos. Pero también el caer de unas monedas a una gorra desgastada por la desesperación. Esto era así el pasado Diciembre y se sigue igual ahora que ya es Enero. Y va a seguir pasando hasta que como sociedad aprendamos a ver mucho mas allá de nuestras narices. Como yo ahora, que he levantado la cabeza un poco entre mi birra de miel bien fria, mi cigarrillo encendido, mi papel y mi tinta. Y me he detenido a ver lo que ocurre a mi alrededor, mientras veo cruzar frente mío al amor de mi vida.
Y bueno, el primer pie que puse en el suelo cuando sonó la ultima alarma de las doce y me lance a abrazar a mi mama fue el derecho, aunque en realidad, ella ya es mi amuleto. Así que mi deseo para este empezar de año es que vivas. Les pido a las chicas que levanten sus faldas y a los chicos que se desabrochen la camisa y se pongan a bailar, que no duelan los pies de tanto andar por las piedras, sino en dejar el alma en cada acorde de música. Espero que desees como se desean los animales y que ames como ama el mas imperfecto humano. Y que llores, rías, te equivoques, seas un poco niño de vez en cuando y que seas feliz. Pero no por alguien, tampoco por algo, quizás con alguien o quizás con ninguno, nada de eso. Se feliz porque si, porque al fin y al cabo es lo que te mereces.

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