¿Y si juntos decidimos seducir al miedo?

Si de miedos se trata soy una experta. Me da miedo casi todo y se muy bien lo que me paraliza.
El otro día me pare junto al semáforo y vi a una nena llorar porque le asustaba el ruido de los autos y en ese mismo instante, me puse a pensar en todos esos miedos que usaron mi mente como peaje y otros tantos que siguen atascados en mi cabeza.

Con los años te vas dando cuenta que los monstruos bajo la cama son solo un reflejo de lo que encontraremos en el mundo, que el verdadero miedo viene de adentro y no de afuera. Es algo que te ahorca silenciosamente, que no te deja dormir y es un parasito con lo que convives a diario. Por eso he decido seducir al miedo y conquistarlo. Si si, así como lo estas leyendo. Seguramente después de esto vos también quieras vestirte bien para recibirlo. 

Tiene ojos como los tuyos y puede caminar, se alimenta de cada lagrima que sueltas, del latido de tu corazón acelerado, de la vergüenza, del dolor de estomago. Vive debajo de tu almohada y no deja que te tires en paracaídas, tampoco quiere que luches por tus sueños, ni que te subas a un escenario. Se despierta a mitad de la noche para ahogarte en pesadillas y muchas otras veces no te deja dormir.

Fue entonces que decidí clavarle el tacón en la mejilla y sangro un poquito. A mi se me hizo un nudo en la garganta pero fue como quitarse un gran peso de encima.

¿Qué por que te cuento esto en forma de un cuento? ... Porque estoy segura que es la historia de cada una de las millones de personas que vivimos en esta esfera, incluyéndome. Nosotros no vivimos sin cadenas, vivimos maniatados a algo que se alimenta de nosotros. Y en el mismo momento que decidamos gritarle al sol que nadie va a poder con nosotros, ese será el instante que empezaremos a vivir historias de verdad y no telenovelas que nublan la vista. El día que aprendamos a querernos, caminaremos hacia el miedo y lo tendremos tan enamorado y débil que solo tendremos que darle una patadita y el portazo definitivo. 

Alguien me dijo una vez que todo aquello que siempre has querido esta detrás del miedo. Así que te invito que cruces el armario, el puente, que me des la mano y que grites. Aunque seguramente sigamos teniendo miedo, este no va a poder con nosotros porque no quiero a gente que cuente historias, quiero a gente que las viva. Y no es valiente aquel que no tiene miedos, sino aquel que sabe como conquistarlos y vencerlos.