Te extraño.

Te extraño … 

Te extraño porque tengo ganas de llorar, de huir. Tengo miedo entre las costillas y la maldita sensación de que la gente entra en forma de relámpago en mi vida, para luego hacer volar todo por los aires. Te extraño porque con la lluvia de esta ciudad no consigo ver el sol que veía en tu sonrisa todos los días, porque estoy empapada de sueños y cuando cierro los ojos las noches lo convierten en pesadillas. ¿Dónde estas? … Vos eras el viento que movía la vela, la que me ayudaba a elegir el camino correcto, el freno de emergencia cuando iba directo al precipicio. Me acaricio la piel para poder sentirte cerca, me acaricio la piel porque sos mi mejor secreto gritado a los cuatro vientos. 

Algún día estaré en muchas ciudades, habré conocido tantas personas, veré tantas maravillas y sentiré tanta poesía me habré dado cuenta que mi mejor poema lo tenia sin tener que abrir la puerta siquiera. Me daré cuenta que nunca sacabas el conejo de la galera, porque no necesitabas hacerlo. ¿Quién necesita trucos cuando lleva la magia entre las pestañas? … 

La gente se saco el sombrero al verte pasar, porque eras la mujer con el corazón mas bonito y la sonrisa mas fuerte que voy a conocer jamás. Ojala, estés donde estés, ya no lleves esos ojitos tan tristes y no tengas que meter recuerdos en la maleta para poder reír. Que alguien, ese Dios en el que tanto solías creer, te de el cielo que tanto te mereces incluso en la muerte. 

Te extraño tanto y te extraño porque nunca me sentí valiente, porque quiero incendiar el asfalto, porque quiero ir a cualquier lugar que estés vos y así sentirme protegida. Creí que era fuerte porque te he visto a vos luchar, pensé que era bonita porque tengo tu misma sonrisa y llegue a creer que era elegante porque tengo tu andar. Creí que podía estar a la altura, a la tuya. 

Por darme una mano cuando solo veía puñales, por entender las señales a pesar de los kilómetros, por estar ahí. No sabes cuanto te extraño, mamá. No sabes cuanto...